Fauna Parleña, Chapter VII: The Parsifals

Hay que ver....¡¡ésta ya es la séptima entrega de "Fauna Parleña"!! Parecía una serie destinada al olvido, pero sigue adelante...esto me lo he tomado como algo muy personal...lo de los Friquis siempre me ha tenido muy obsesionado. Ya incluso cuando tenía 18, 19 o 20 años mi sueño era tener un bar de copas con un escenario en el que actuarían todos los Friquis si interpretar, es decir, siendo ellos mismos.

Aunque también hay tipos, que dentro de su friquismo, dejan de hacer gracia y se convierten en algo muy peligroso. Eso es lo que les ocurría a los Parsifal, una asociación religiosa realmente repugnante, por lo que significaban, por su actitud y por los tipos en sí. Eran una serie de jóvenes que todos los sábados se reunían en la iglesia, tenían charlas con el párroco, cantaban todos juntos y hacían actividades en las que apartaban a los jóvenes de las distracciones típicas que uno puede tener cuando tiene 15 años. En mi instituto estaban todos estos, pero al completo. Lo peor de todo es que los cabecillas estaban en mi puta clase. La descripción general de semejantes tipos era la siguiente: todos eran aplicados en sus estudios, no decían tacos, hablaban con una correción desesperante, iban vestidos igual que las juventudes del PP y por supuesto, estaban alejados de vicios nocivos como el tabaco o unas inocentes cervezas. De música ni hablemos, seguramente el grupo favorito de todos sería Mecano y su ídolo e icono juvenil el jodido Brandon Walsh de "Sensación de Vivir". Seres realmente aberrantes.

Algun profesor que otro, los tenía ya atravesados, porque era una plaga enfermiza que cada vez tomaba más poder, incluso en el instituto: carteles indicativos de sus aburridas actividades, profesores relacionados de manera directa o indirecta con el planeta Parsifal...mi amigo Santiago y yo lo llamábamos "La Invasión de los Ultracuerpos", como aquella buenísima película de Ciencia-Ficción de los años 50, porque efectivamente estábamos invadidos por todas las partes.

Algunos de sus integrantes eran bastante vomitivos: recuerdo un tal Alberto que era lo más repipi y repelente que he visto en mi vida...esa actitud de sabelotodo, esos jerseys de niño bueno...su puta guitarra destinada a cantar canciones evangélicas...un día le dije que no tenía ni puta idea de tocar la guitarra y que escuchara a Jimi Hendrix...¡¡y me dijo que quién era ése!! Me parece algo inadmisible.

Había otro tal Jorge que era igual de asqueroso que el Albertito, pero incluso más feo. No me acuerdo muy bien del por qué, pero creo que un día estuve a punto de darle un par de hostias a semejante pelota de todos y cada uno de los profesores.

El más gracioso de todos era su líder, Germán. Siempre tenía buenas palabras para todo el mundo. No importaba todas las caras de asco que le pudieras poner, siempre te recibía con una sonrisa. Esto me ponía más enfermo aún. Germán era el chico más responsable, el que organizaba todos los saraos secundado por sus segundos, Alberto y Jorgito. No veais con el Germán, que te echaba la charla, colegas...en el viaje fin de curso en Italia nos alertaba a los chicos malos que nos alejáramos de la mala vida y que nos comportáramos, ya que nuestra actitud podría traer daños colaterales al resto del grupo. Por supuesto, le mandamos a tomar por culo e hicimos lo que teníamos que hacer: divertirnos.

Años después, al tipo te lo encuentras por la calle...y sigue interesándote por tí!! La madre que le parió, que pesao que es el tío...Durante una temporada pensé que me perseguía...Santiago, que trabajó durante algunos años en Arthur Andersen, tuvo un encuentro peculiar con semejante individuo en las oficinas del edificio Windsor. Yo ya estaba en José Abascal y me llama al teléfono:

-"¡¡Me cago en Dios!! ¿Sabes a quién he visto en el ascensor? No te lo vas a imaginar...

-¿Está buena?

-¡¡Que está buena ni que pollas!! ¡¡He visto a Germán!! ¡¡Está de becario y me ha dado recuerdos para tí!! Me he quedado de piedra cuándo le he visto...¡¡Lo que me faltaba ya por ver!! ¡¡Estoy rodeado de gilipollas y me traen ahora el desgraciado éste!! ¡¡JODER, JODER!!

La cosa no acaba aquí, porque otro día también recibo tristes noticias a través de la línea telefónica. Llamo a Pedro Luis Díaz de tesorería para un asunto meramente profesional, y entre varias coñas que siempre tengo con él por teléfono me suelta lo siguiente:

-Pues el otro día me dieron recuerdos para tí...

-¿Está buena?

-No, no...un chico que se llama Germán que dice que te conoce del Instituto...

-Me cago en dios, ¿de qué conoces tú a ese tío?

-Es que va a mi gimnasio, y coincido mucho con él y hablando salió el tema de que yo trabajaba en Arthur y me dijo "...anda, pues yo conozco a un chico que trabaja allí, Oscar Reyero..¿le conoces?...".

Hasta en la sopa el menda...afortunadamente Germán no acabó trabajando en Arthur Andersen. Por lo que sé, está felizmente casado con Covadonga, su novia de siempre y co-líder de la asociación Pársifal y trabaja como profesor en un colegio. Desconozco que ha sido de Pársifal, pero imagino que seguirá adelante, ya que Germán traerá carne fresca para propagar la palabra del señor. Pobres niños...entre "Operación Triunfo", "Gran Hermano" y un profesor como Germán, el país se viene abajo.

Chao.